
Hace muchos años, en una casa ubicada a espaldas de lo que actualmente es el
Monumento a Benito Juárez (para ser más específicos en los antiguos patios de la estación del ferrocarril), había un crisol fundidor de metales, en el cual cayó por accidente un trabajador, muriendo al instante a causa de las quemaduras. Desde entonces, por las noches se escuchan sus gritos desgarradores… Eso sin contar la cantidad de personas que han visto rondar su fantasma desfigurado por las llamas.
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